No es el hecho del olvido,
ni esta triste venganza del destino.
No es el hecho del amor que se transpira
como la pesadilla de un sueño inolvidable.
Tu música mulata que retumba en cada calle,
en cada pared que cae por fuerza de la edad.
Mi Habana hermosa,
cuando he de sentirte nuevamente
sin que seas tan solo un fantasma en mi recuerdo.
Cuando dejarás de ser esa imagen de a veces,
detrás de una pantalla, de un cuadro, una añoranza.
Aquí tambien se siente la ausencia de tí.
Esa escalera que quedó a medias
y esa lentitud de días que Lecuona armonizó
son parte de mi existencia,
de mi sangre, de mi vida.
¿Quién va a sacarme la buena poesía de las venas?
¿Quién va a quitarme de los labios el sabor a tí?
Habana mía,
hoy te extraño tanto, con tus colores grises,
con tu mezcla de tanto y de tan poco.
¿Cuando volveré a sentirte en mis pasos?
¿Cuando volveré a tus brazos
Cuba mía?
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