Del desengaño y de ti...

Hoy he abierto este libro...

Hoy he abierto este libro por pensar que te olvido,
Por pensar que eres parte de un pasado muerto.
Para que me recuerde que de nuevo te has ido,
Para que irrigue un poco mi árido desierto.

Hoy he abierto este libro para soñar el mundo,
Para odiarte de nuevo como nunca lo hice,
Para arrancar de mí este amor tan profundo...
Ya no sé si quererte... por tanto que te quise.

Hoy he abierto este libro, tal vez por desahogarme.
Lo he abierto con miedo pero siendo muy fuerte,
Pues tú nunca en la vida lograrás olvidarme,
Pero yo sí que un día dejaré de quererte.

De la distancia y de ti...

Me hallarás

Donde termina el concepto
Que tienes del amor,
Donde se te acaban las palabras
Que me quieres decir,
Donde abres el silencio majestuoso
De lo que no olvidas,
Te tragas en seco el recuerdo...
El recuerdo de mis besos,
De las risas,
Aquel ciego amor.
La música envuelve
Y el nuevo amor aplaca
La infelicidad...
De lo que nos hizo felices.
¿Acaso es justo?
¿Es justo lo que nos hacemos?
¿Es justa la maldita distancia?
Donde termina el concepto
Que tienes del amor
Hallarás mis palabras...
Y mi mundo...
¡Me hallarás!

Atado a mi alma

El principio del principio

Jesús Adrián llegó al Instituto unas semanas después de comenzado el curso. Se paró en la puerta del aula y esperó unos segundos por el momento oportuno para interrumpir.

- Permiso, ¿puedo pasar?
- ¿Nuevo?- Preguntó el profesor.
- Sí, empiezo hoy
- Siéntese.

Tania estaba sentada al final del aula. Como todos, miró hacia la puerta. Un muchacho normal, unos jeans y polo azul, cabello y ojos oscuros, mochila al hombro. Un muchacho común y corriente.

Esa noche Tania se fue a dormir como todos los días pero en sus sueños apareció Jesús Adrián. Que raro…si ni siquiera le había puesto demasiada atención a aquel muchacho. Pero era un sueño de aquellos que no puedes olvidar. Tania y Jesús Adrián se besaban apasionadamente y hasta hicieron el amor entre las ruinas de una de las habitaciones de su casa que estaba en reconstrucción. Los días pasaron. Ella, un poco avergonzada de su sueño erótico, no le dio importancia. Al fin y al cabo no pasada de ser un sueño loco sin pies ni cabeza.

Siempre andaban en grupo. Ella, con Yolaisy, Rubí, MaryLou e Ilena. El con Héctor y Ariel. Compartían juntos. Ella empezó a sentir algún tipo de atracción hacia él que no se atrevía a confesarle a nadie. El tenía novia. Yolaisy eventualmente se dio cuenta de lo que sucedía dentro del corazón de su amiga y de cómo sin evitarlo Tania y Jesús Adrian se iban acercando más cada día.

Yolaisy era , del grupo, su mejor amiga. Tania le había tomado mucho cariño y era algo muy sincero y recíproco. Confiaban la una en la otra y Tania sabía que aun si ella se había dado cuenta, su secreto estaba en buenas manos.

Un día, mientras esperaban la guagua frente al coppelia Jesús Adrián pasó son su novia de la mano. Tania pensó que no hacían bonita pareja, que ella era demasiado alta para él. Yolaisy, Marylou e Ileana pensaron lo mismo.

- Jesús Adrián- llamó Yolaisy
- Ehhh, ¿qué hacen por aquí?
- Lo mismo que tú - le dijo ella

El se rió con una de una manera infantil que Tania adoró.

- ¿No nos presentas?
- Sí - dijo él aun sonriendo pero ahora un tanto nervioso.- Miren, esta es Niurka, mi novia

Ella se presentó con todas y cuando Tania le dio la mano pensó en cuantos celos sentía de aquella muchacha. Niurka no sospechaba que ya había besado a su novio y que este había sido secretamente suyo. El tampoco lo sospechaba.

Yolaisy pensaba que era una lastima que Jesús Adrián ni se imaginara que detrás de aquella amistad sincera que Tania le ofrecía hubiese algún bichito carcomiendo su corazón. Un bichito al que Tania no quería dar importancia. Después de todo, él tenía su novia y eso, había que respetarlo.

De la distancia y de ti...

Muchas cosas cambiarán

Muchas cosas cambiarán
Y aun siendo tarde...
Pensaré en ti.
Sé que no será la última vez
Ya no confío en habilidades...
Imposibles,
Como decir...
El olvido.
Te soñaré una vez más
Y tú... lejos,
Aun más lejos
Quién sabe si me sueñes.
Pero si un día de esos...
Crees... que ya no hay vida,
Que no todo es color de rosa,
Recuerda que...
Muchas cosas cambiarán...
Y tal vez sea la hora cierta
Para tocar la puerta...
De mi alma.

Del desengaño y de ti...

Poema del adiós

Desde este mismo instante seremos dos extraños
Por estos pocos días quien sabe cuantos años
(José Angel Bueza)

Adiós te digo hoy, tu amor es un veneno,
Un veneno agridulce que se bebió mi boca.
Un amor que tan mío, se hizo tan ajeno.
Amor de ola viajera que embatió la roca.

Adiós te digo hoy, fantasma de mis años,
Ausencia de mis manos, total desesperanza,
Que supiste renacer de los sueños antaños;
Sobrepasando toda barrera en la distancia.

Has hecho mucho daño, y yo también lo hice.
Pagué con tu partida lo que yo hice sufrir.
No valía la pena lo mucho que te quise.
No valía la pena, hoy te dejo morir.

Tu amor inconsistente y todo sentimiento,
Viajan en tu interior esa montaña rusa.
Y sin saber qué sientes de uno a otro momento,
Vivirás ya tu vida edificando excusas.

Un día quizás sientas como cambian las cosas
Y sientas que era amor lo que hoy te envenena.
Tal vez quieras tocarlo cual si fuera una rosa
Y ha de hincarte una espina. No valía la pena.

Por eso en este adiós convertido en letargo,
Te dejo mi silencio, un recuerdo vencido.
Ya estoy acostumbrada al sabor tan amargo
Que me deja saber cuanto te hube querido.

De la distancia y de ti...

Me encanta...

Me encanta provocar tu risa,
Sorprenderte...
Oírte estallar a carcajadas
... me encanta oírte...
Todavía me encantas.
Me gusta amarte como te amo,
Como siempre,
Con todo,
Con el mundo por delante,
Con tus ojos detrás de los míos
Y en el mejor de los casos...
Frente a mí.
Pero me encanta provocar tu risa
Cuando te llamo de imprevisto.
Aun me encantas.
Aun te amo.

Te prometo perdonarte

Te prometo ser la misma,
quedarme callada en los silencios
para que puedas re-inventarme.
Hablarte como si existiera,
como si suspirase allí
cuando me tocas,
cuando delineas razgos que nos haz visto,
que imaginas...
Te prometo ser la misma
sin asumir aires de musa
que se bien inmerecidos,
sin salirme de mis letras,
sin invadir tus sentidos,
sin entregarte mi voz
mas entregando mi oido.
Te prometo perdonarte
si dejaras de ser tú,
si quisieras hacer trizas
mi yo imaginario,
si acertaras dibujando
el corazón que escondo
o algun lunar oculto
que a alguien sirve de recuerdo.
Te prometo perdonarte
aun si no lo necesitas,
y te prometo
seguir siendo
yo.