Tuesday, February 24, 2009

De la distancia y de ti...

Leyendo estos versos

Y aunque decimos: “Todo se olvida, todo pasa…”
En la ceniza, a veces, nos sorprende una brasa.
(José Angel Bueza)


Hoy recuerdo aquellos versos que escribí por amor
Esos versos que siempre seguirán siendo tuyos.
Versos de la alegría o de un gran dolor,
Pero son el producto del amor mío y tuyo.

Hoy leyendo estos versos más recientes pregunto
Si conservas aquellos que te di en la partida.
Aquellos que guardaban lo más grande del mundo
Y que iríamos leyendo más allá de la vida.

Hoy leyendo estos versos, estas tristes canciones...
Me pregunto qué pasó al fin, si eres o fuiste.
¿Qué pasa si se juntan tristezas y emociones?
Y no olvidas aquello que un día tanto quisiste.

Yo sé qué es lo que pasa.
Yo sé qué siento y sientes.
Es apagar la hoguera y que quede una brasa.
Es ignorar el río que tiene una corriente.

Hoy leyendo estos versos, no sé qué pasará
Con aquellos poemas sin nombre ni apellido.
Si en momentos de nostalgia aun los leerás
O en alguna gaveta los tiraste al olvido.

Wednesday, February 18, 2009

Del desengaño y de ti...

Por tu boda...

En un día de Agosto vas a hacerla tu esposa,
Creyendo que me olvidas, que fui tan poca cosa.
Y se irá mi recuerdo dormidito a ese lado
Donde se duerme todo lo que no se ha olvidado.

Pero alguna canción una tarde de estío
Te hablará de ese tiempo que fue tan solo mío.
Cambiarás la estación y dirás sonriendo
Que esa no te gusta, y estarás mintiendo.

Quién sabe si algún día de esos, sin razón,
Intentes tú ponerte a prueba el corazón
Y con algún motivo intentes recordarme
Solo para saber si has logrado olvidarme.

En el próximo Agosto la vas a hacer tu esposa.
Yo seguiré guardando la olvidada rosa
Que anoche entre poesías de ese tiempo antaño
Encontré, donde la puse, hace casi diez años.

Allí quedó guardada nuevamente la flor,
La única que queda de tantas, y tu amor.
No sé por qué la guardo, tal vez por ser rebelde,
Por guardar ese tiempo que tal vez ya no vuelve.

Qué le vamos a hacer, vete y firma tu pacto,
Guarda todas las fotos de tu flamante acto,
Solo para que entiendas un poco de mi vida
Y que veas que hay cosas que uno nunca olvida.

Se bien que tienes dudas, a distancia lo intuyo,
Pero ya lo mío no es mío ni lo tuyo tan tuyo.
Tú vas a ser feliz como también lo he sido
Con la batalla interna del amor y el olvido.

Dicen que en la distancia nada sobrevive
Pero aun este amor en nosotros dos vive.
Pongámoslo a dormir como en tiempo pasado.
Engañémonos de nuevo diciéndolo olvidado.

Vete y cumple tu acto de fiel dedicación,
Y dedícale aquella mismísima canción.
Vete y ponle el anillo que una vez me pusiste
Para creer que olvidas que un día me quisiste.

Monday, February 16, 2009

De la distancia y de ti...

Me celebra la vida
Las huestes de los años que pasaron…
Aun existes en los sueños.
Ya te hallo en las penumbras
De este subconsciente testarudo,
Que se empeña en revivirte a mis espaldas.
Ya olvidé por qué me empeño
En desnudar mi sentimiento en estas letras.
Unas letras que adelgazan la línea
Que separa:
El presente del pasado,
La verdad de la mentira,
Y el amor del odio
Que quizás nunca lleguemos a sentir.
No sé por qué me surges del silencio.
Será que este sentimiento
Es lo único que queda
Detrás de tanta dureza.
Una dureza con la que juego
A hacer las pases y ser su amiga.
Nunca herí tanto,
Nunca las lágrimas ajenas dolieron tan poco,
Nunca desconfié tanto…
El problema es
Que aun no aprendo a mentir.
Por eso no me importa…
Ya no sé por qué escribo estas letras
En tu honor,
No sé si las mereces,
Tal vez no.
No sé por qué…
Te sueño, te revivo
Te sudo, te respiro.
No sé ya…
¿Y de qué sirve?
Me celebra la vida
Las huestes de los años que pasaron…
Y solo ahí estás…
En mis sueños.

Friday, February 13, 2009

Cuba mía

No es el hecho del olvido,
ni esta triste venganza del destino.
No es el hecho del amor que se transpira
como la pesadilla de un sueño inolvidable.
Tu música mulata que retumba en cada calle,
en cada pared que cae por fuerza de la edad.
Mi Habana hermosa,
cuando he de sentirte nuevamente
sin que seas tan solo un fantasma en mi recuerdo.
Cuando dejarás de ser esa imagen de a veces,
detrás de una pantalla, de un cuadro, una añoranza.
Aquí tambien se siente la ausencia de tí.
Esa escalera que quedó a medias
y esa lentitud de días que Lecuona armonizó
son parte de mi existencia,
de mi sangre, de mi vida.
¿Quién va a sacarme la buena poesía de las venas?
¿Quién va a quitarme de los labios el sabor a tí?
Habana mía,
hoy te extraño tanto, con tus colores grises,
con tu mezcla de tanto y de tan poco.
¿Cuando volveré a sentirte en mis pasos?
¿Cuando volveré a tus brazos
Cuba mía?

Thursday, February 12, 2009

Caía la tarde

Caía la tarde, y en el agua destellaban los rayos de un sol rojizo entre nubes violetas y rosadas. Me miraste y me dijiste que me amabas. Yo, demasiado herida para creerte, te cobijé de la fría brisa que nos azotaba en la velocidad del barco.
El mar, simulando mercurio, era todo un espejo plateado. Quedé sin palabras ante tanta belleza. Por encima de tu hombro me llené de paz mirando la calma por la que nos abríamos paso.
Miramos el horizonte, el mismo que uno y otro miramos del otro lado. Ironías de la vida. Hoy miramos al revés. Cuanto se siente la ausencia dentro de tanta belleza.
Me miras preguntándome por qué no me conociste antes… Se bien la magnitud de “antes”. Cuánto abarcas, cuánto quieres decir detrás de tanto ofrecimiento, detrás de tanta supuesta vida por vivir.
En medio de mi rebeldía, te hago un gesto de desdén que ni yo misma me creo. Y juego a que no me beses muriéndome porque lo hagas, porque hagas mujer esta niña rebelde que llevo dentro.
Nos detenemos. Ahora la brisa es más rápida que nosotros. Se siente la frialdad de la noche con menos fuerza, pero tú me cobijas en un acto varonil, en un detalle de macho… sin machismos, ni palabras. Invades mi territorio para desterrarme un beso y hacer volar las mariposas que dormitaban temerosas en este jardín que olvido.
Me entregas otra promesa, otra propuesta y en la despedida furtiva me niego a dejar aflorar mi sentimiento hasta quizás… la próxima vez… o la próxima…
No te diré que la noche cayó demasiado presurosa. Tampoco que me has regalado uno de los días mas lindos de mi vida. No te diré las cosas que me provocan tus piernas, o tus manos pequeñas, ni el primer beso, ni el último, ni la manera en que duermes. Ahorrate las preguntas. Aniquila este último minuto diluyéndome en tu savia… y dime adiós.